Durante 30 años, hemos sido testigos de cómo la financiación adecuada puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de las comunidades desfavorecidas y en la conservación de los ecosistemas de los que todos dependemos.
Nuestra cooperativa ha capeado temporales, se ha adaptado a climas cambiantes y ha seguido creciendo, respaldada por una comunidad de clientes y cooperativistas comprometidos que creen en la acción colectiva.
Para celebrar este hito, le invitamos a formar parte del próximo capítulo.
Con cada nuevo cliente, recurso compartido y euro reinvertido, multiplicamos nuestro impacto, del mismo modo que un árbol produce semillas que crean nueva vida.
Sabemos a ciencia cierta que juntos podemos garantizar que las ramas de Alterfin sigan llegando a quienes más las necesitan.
Cada rama de estesólido árbol narra una historia…
Hace treinta años, un joven e ilusionado Hugo Couderé plantó una semilla, impulsado por la convicción de que la financiación podía servir de fuerza motriz positiva.
Como cualquier árbol joven, requería una cierta dosis de cuidados, paciencia y compromiso. En una época en la cual la inversión ética estaba aún en fase de desarrollo, la recién creada Alterfin se convirtió en pionera del sector.
Con un equipo entregado que trabajaba con ilusión por el objetivo común de crear un impacto positivo, la cooperativa seguía apuntando alto. Sus ramificaciones se fueron extendiendo y llegando a cada vez más empresas sociales de Latinoamérica, Asia y África.
A lo largo de las décadas, nuestras raíces se volvieron más profundas y han reforzado nuestro compromiso hacia un acceso más justo a la financiación.